

5 PASOS PARA UNA SANA CONVIVENCIA
1. Haga los cambios antes de que llegue el bebé. Si no quiere que su gato se acerque a determinados lugares de la casa en los primeros días que llega el recién nacido, o que duerma en la pieza de la guagua, comience lo antes posible a acostumbrarlo a otra rutina para que no lo vea como un cambio brusco ni como una invasión a su antiguo espacio.
2. Permítale a su gato olfatear los nuevos olores. Los felinos deben explorar e incorporar el olor de los bebés para que lo asimilen y sepan que es un integrante más de la familia. Se recomienda que huela lo que la guagua va a usar, como colonias, talco, piluchos o mantas.
3. Control veterinario. Antes de la llegada del bebé, el gato debe ir a control médico veterinario para asegurarse de que no tenga parásitos ni enfermedades.
4. Cuando llega a la casa. No fuerces al gato para conocerlo. Deja que se acerque lentamente para que vea que no es un peligro. Cuando tengas a la guagua en brazos y el gato se acerque, hazle cariño al animal para que no se sienta excluido.
5. Su espacio. No hay que olvidar que los gatos necesitan cariño y jugar durante el día, así que es importante dedicarles algún tiempo a solas para que se sigan sintiendo parte de la casa.
DERRIBANDO MITOS
Una de las mayores preocupaciones que existen en torno a las guaguas y las mascotas es la transmisión de enfermedades y el pelo que botan. “Los gatos son una de las mascotas más limpias y la verdad es que casi no transmiten enfermedades. La toxoplasmosis puede presentarse en caso de falta de aseo de la caja sanitaria, ya que se transmite a través de un parásito que habita en ambientes contaminados”, comenta la especialista. Los síntomas de la toxoplasmosis son parecidos a los de la gripe –fiebre y dolor de cabeza–, y podría ser peligrosa en mujeres embarazadas o personas con las defensas bajas.
El pelo del gato podría llegar a provocar alergias, cuyos síntomas son estornudos o irritación en la piel de la guagua. Sin embargo, mientras mayor contacto tenga el niño con los gatos y su ambiente, menos son las posibilidades de que genere alergias, ya que el organismo se acostumbra a un entorno con mascotas.
Martin (mi hijo) y Kuky
Especialistas aclaran verdades y mitos sobre los bebes y los gatos
Que los gatos se ponen agresivos, que transmiten enfermedades o que su pelo puede provocar alergías en los niños, son algunos de los clásicos mitos.
Es normal pensar de qué forma podrán convivir las mascotas con los recién nacidos. ¿Se llevarán bien? ¿Le transmitirá enfermedades? ¿Podrá hacerle daño si se siente celoso? Muchas madres prefieren regalar a su gato para no tener problemas. Sin embargo, los expertos afirman que un gato en la casa no es un peligro para las guaguas.
“Como muchas otras mascotas, los gatos pueden compartir sus vidas con todos los integrantes de la familia, incluyendo a los recién nacidos”, explica la médico veterinaria Lina Sanz, docente del Diplomado de Medicina Felina de la Universidad Mayor.
Es el caso de Juanita Vial, productora de modas, quien hace seis meses tuvo a su hija Esperanza. “Yo tengo cuatro gatos, y cuando quedé embarazada todos me decían que mis gatos se pondrían celosos y agresivos”, señala Juanita. Sin embargo, Lina Sanz explica que si esto ocurriera, sería excepcional, porque los gatos son perceptivos, captan que la mujer está embarazada y saben por instinto que se integrará alguien más a la familia. “Pueden ponerse más retraídos y estar distantes por unos días, pero se adaptan completamente sin presentar problemas”, explica la doctora Sanz.

PROCESO DE ADAPTACIÓN
Juanita comenzó un proceso de adaptación para integrar a sus mascotas con la llegada de su hija. Preparó la pieza dos meses antes para que vieran y asimilaran la cuna y los peluches. “Los gatos asimilan a través del olfato. Una vez que huelen las cosas nuevas las integran a su rutina” explica la doctora Lina Sanz.Cuando nació la hija de Juanita, a ella y su marido se les ocurrió dejar en la casa la primera ropa que Esperanza usó. No la lavaron y la dejaron en la pieza para que los gatos la olieran y reconocieran a Esperanza cuando llegara a la casa. “Fue una muy buena idea, porque los gatos no han tenido ni un problema. Incluso uno de ellos duerme en su pieza”, cuenta Juanita.